RESEÑA DE «LA CRUZADA DEL OCÉANO», DE JOSÉ JAVIER ESPARZA.
RESEÑA REALIZADA POR JORDI BEL MARCOVAL (CRÍTICO OFICIAL DEL BLOG).
Empezaré diciendo que este libro no es una
novela histórica. José Javier Esparza nos adentra en la conquista de América en
un libro de más de 700 páginas de historia pura y dura. Sin diálogos pero de
una forma brillante como ya nos tiene acostumbrados. Tras éxitos de ventas
como La gran aventura del reino de Asturias (un libro extraordinario), Moros y
Cristianos o Santiago y cierra España, el autor, (del cual nos separan
ideológicamente muchas cosas) nos sube a la Niña, la Pinta y la Santa María
entre otras, para acompañar a Colón y sus predecesores en esta aventura que
cambió el rumbo de la historia.
Como no, la primera parte nos habla de
Colón, de la forma que buscó financiación y cómo se la negaron tanto Portugal
como España (Castilla y Aragón). Finalmente,
y después de conquistar Granada, los reyes Católicos financiaron la expedición
y pudo cumplir su sueño. Esta parte también nos habla del caos que reinó en el
Nuevo Mundo y nos da una imagen del conquistador desconocida para mucha gente. Muertos
la reina Isabel y poco después Colón, el libro entrará de lleno en la conquista del
continente Americano. Hasta la fecha nos limitábamos a islas como Las Bahamas,
Cuba o La República Dominicana (La Española). En este punto conoceremos
personajes como Pizarro, Núñez de Balboa (descubridor del Pacífico), Ponce de
León, Hernán Cortés, Pánfilo de Narváez, Pedro Alvarado o Bernardino que, por mucho que se empeñe Jack
Sparrow, fue el primer pirata del Caribe.
El descubrimiento de Núñez de Balboa del
mar del Sur (Pacífico) dará mucho de sí,
pues los españoles no podían explorar en aguas portuguesas (Brasil), pero si
pasar por ellas para llegar a territorio español (Panamá). Así que, ni cortos
ni perezosos, empezaron expediciones
pasando por las costas de Brasil y descubriendo países como Argentina y
Uruguay. Por esas fechas, Hernán Cortes se encontraba explorando México, y Ponce
de León Costa Rica, Panamá y Florida; con lo que la conquista del Nuevo Mundo
ya era una realidad.
En el tratado de Tordesillas
se ve claramente cómo Brasil quedaba dentro de dominio portugués.
En la conquista de México veremos
civilizaciones (la Azteca y la Maya) que ya no son meras tribus primitivas que
viven en chozas; pues eran jerárquicas, con ciudades enormes de miles de
personas, con carreteras, calles, plazas, templos, muros y casas de piedra.
También entenderemos la superioridad de las armas de fuego españolas y el miedo
que tenían a la caballería. Leerás combates en los cuales 20.000 indios acometerán
pérdidas de más de 2.000 hombres, mientras que Cortés, con sus 410 hombres,
solo perderá 2.
Tras las hazañas de Cortés ya por la mitad del libro, retrocederemos
en el tiempo para abordar la otra gran conquista del Nuevo Mundo: el imperio
Inca del Perú (Tahuantinsuyo). En esta, Francisco Pizarro, con poco más de 200
hombres conquistará un territorio de cerca
de 2 millones de kilómetros cuadrados, enfrentándose al emperador Inca
Atahualpa. Los Incas, al igual que los Aztecas, eran una gran civilización con
carreteras, fortalezas y ejército permanente.
Los Incas serán difíciles de
conquistar y los combates se prolongarán en el tiempo durante años. Muchos acontecimientos
harán de este periodo de tiempo un auténtico caos. Pizarro y Diego de Almagro
iniciarán una guerra civil donde morirán muchos españoles. Aprovechando la
tesitura, el emperador Inca, Manco Cápac II, se revelará e intentará liberar Cuzco.
Por otro lado, la llegada a las Indias de la famosas Leyes Nuevas terminará por encender lo que por sí
solo ya era un auténtico avispero.
La busca de Eldorado (la legendaria ciudad
o reino donde abundaba el oro por todas partes) ocupará varios capítulos del libro. Repasará
un poco por encima la fundación de ciudades como Bogotá a manos de Gonzalo
Jiménez de Quesada, o Buenos Aires, que tras el fracaso de su primera
fundación, Juan de Garay logrará establecerse allí definitivamente.
En la conquista de Chile, Pedro de Valdivia
recaudará fondos y reunirá a los hombres necesarios para terminar lo que ya
intentaron otros como Diego de Almagro. Con no pocos problemas, finalmente
fundarán Santiago de Chile y encontrarán oro en abundancia a pocos kilómetros
de la ciudad.
Las expediciones al sur serán un tormento
para los españoles. Los aguerridos Mapuches resistirán años y la guerra de
Arauco, conocida como el Flandes de las Indias, se llevará por delante
infinidad de vidas.
La mujer de Valdivia, sus hermanas y
algunos familiares viajarán de España a las Indias. Con este hecho, nos daremos
cuenta de cómo pequeños detalles influyen en la historia, pues personajes como
el poeta Pablo Neruda o el dictador Augusto Pinochet son descendientes de
estos.
Otra anécdota es el descubrimiento por
parte de Orellana de las famosas guerreras amazonas. Tanto le impactaron, que
decidió poner su nombre al gran rio.
Cambiando de hemisferio, el libro nos
narrará dos expediciones: la de Hernando de Soto y la de Vázquez Coronado. Los
dos buscaban las 7 ciudades de Cíbola, con riquezas sin igual y oro por
doquier. Finalmente encontrarán cuatro pueblos, y a sus gentes muriendo de
hambre y enfermedades. Fue un fracaso, pero recorrieron Texas, California,
Oklahoma y Kansas. Fueron los primeros europeos en cruzar el Mississippi y en
ver el gran Cañón del Colorado.
Con casi toda la conquista de las Indias
terminada, la implantación de los virreinatos y la división de los territorios,
el libro (ya por el final), nos narrará la conquista del Pacífico y de las
Islas Filipinas. Los exploradores guipuzcoanos Legazpi y Urdaeta realizaron una
auténtica proeza naval: 20.000 kilómetros, 14.000 en océano abierto. No solo tomaron
pie en las Filipinas; además volvieron. La ruta estaba hecha; el pacífico sería
conocido como el lago español; el tráfico con el Sudeste Asiático era ya una
realidad.
Anécdotas como la de Juan Fernández, que
descubrió Nueva Zelanda, o expediciones que divisaron Australia pero que no
encontraron financiación ni apoyo para emprender su conquista o exploración nos
encaminarán a los últimos capítulos. Eso sí, Juan puso su nombre al archipiélago donde naufragó Robinson Crusoe.
El libro termina contándonos la importancia
de los Virreinatos, cómo se tributaba por el oro y las riquezas extraídas de
las Indias y la proeza que realizó la expedición Balmis para llevar la vacuna
de la viruela desde España hasta las Indias.
En definitiva: un libro extenso, lleno de
anécdotas, que os contará todo y mucho más. Por la mitad del libro pierde un
poco de interés, o más bien se hace un poco repetitivo, para después volver a
coger un buen ritmo de lectura. Si te gusta el tema pero eres de libros más
cortos, Juan Antonio Cebrián te contará lo mismo en su libro “La Aventura de los conquistadores” en
poco más de 200 páginas. Claro está, los detalles no van a ser los mismos.
J.BEL
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