EL ESTANDARTE PÚRPURA, de Massimiliano Colombo.
Reseña realizada por Jordi Bel Marcoval.
Los amantes de la novela histórica tarde o temprano acaban leyendo alguna sobre el Imperio Romano. Son muchos los autores entre los cuales, Santiago Posteguillo, con la trilogía de Escipión y Trajano (de la que está escribiendo el último libro), son de lo mejor que se
puede leer. Pero hoy no vamos a hablar de Posteguillo, sino del “El
Estandarte Púrpura”, de Massimiliano Colombo, escritor que descubrí gracias a un magnífico booktrailer
de otra de sus novelas: La Legión de los Inmortales.
La novela transcurre entre los años
60 y 61 d.C. Roma había conquistado el sur de Britania hacía más de una década,
y tenía varias ciudades importantes que le aseguraban el control de la zona
(Londinium, Camelodunum); o eso creían. El general Seutonio se encontraba hostigando a los druidas en su isla sagrada (isla de Mona o Anglesey). Para
ello desplazó lejos del sur a dos de las cuatro Legiones que se encontraban en Britania.
Al mismo tiempo, moría el rey de los
icenos ( Prasutagus), ejerciendo en su puesto su mujer, Boudica. Esta, con la ayuda de los
trinovantes encabezará una rebelión que la hará pasar a la historia como la
reina guerrera.
En medio de este conflicto veremos
las aventuras y desventuras de varios
personajes, entre los que encontraremos antiguos centuriones en la reserva,
druidas, hijas de reyes tribales o huérfanos causados por la rebelión.
El libro llega a su desenlace con la
famosa batalla de Watling Street entre
Seutonio y Boudica, en la que se verán inmersos casi todos los personajes de la
trama.
Una historia que el autor podría
haber alargado mucho más. La brevedad de la novela, 349 páginas, hace imposible enpatizar con personajes como Boudica. Novela con
pocos párrafos donde ella es la protagonista y en los cuales, además, no se profundiza demasiado en su historia. El autor intenta, sin lograrlo, aderezar la trama con algunas escenas románticas que además de ser innecesarias, carecen de profundidad. La batalla final es demasiado corta; no pretendo nombrar más a
Posteguillo, pero la descripción que este hace de ellas es tan extensa y
detallada que cualquier cosa a su lado sabe a poco.
Tras leer esta opinión, quizá
os quede la impresión de que la novela no merece la pena; todo lo contrario.
Una novela histórica corta e intensa, sin medias tintas: rebelión, batallas,
legionarios y pueblos conquistados en busca de la libertad perdida. Un coctel
perfecto para los amantes del imperio romano.
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